jueves, 19 de agosto de 2010

Estás desorientado, y no sabés
que trole hay que tomar
para seguir,
y en éste desencuentro con la fe
querés cruzar el mar
y no podés. 


La araña que salvaste te picó,
que vas a hacer,
y el hombre que ayudaste te hizo mal 

dale nomás, 
y todo el carnaval, gritando pisoteó 
la mano fraternal, que Dios te dio. 

¡Qué desencuentro! 
Si hasta Dios está lejano, 
llorás por dentro, 
todo es cuento, todo es vil,
en un corso a contramano 

un grupí trampeó a Jesús 
no te fíes ni de tu hermano
se te cuelgan de la cruz.
 


Quisiste con ternura 
y el amor te devoró 
de atrás hasta el riñón, 
se rieron de tu abrazo 
y ahí nomás 
te hundieron con rencor 
todo el arpón. 

Amargo desencuentro 
porque ves que es al revés 
creíste en la honradez 
y en la moral, ¡qué estupidez!, 
por eso en tu mortal 
fracaso de vivir, 
ni el tiro del final, 
te va a salir.

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