jueves, 28 de mayo de 2009

Cuando entiendas que no hay tiempo te vas a dar cuenta que pasado, presente y futuro es todo lo mismo. A veces la solución a nuestros problemas está en el futuro. La esperanza, los sueños, los deseos, son soluciones en el futuro a nuestros problemas de hoy. Y otras veces, la solución está en el presente. Pero las ataduras del pasado o los temores del futuro son cadenas que nos tienen apresados. El tiempo es relativo. Podemos estar en el mismo momento pero en tiempos distintos. O podemos estar en distintos tiempos en el mismo momento. Pero las cosas verdaderas no tienen tiempo, como ese reloj, que los cuida. O como el amor, cuando es verdadero, es eterno. Ese amor eterno es alegría y es amistad. Es sentirte parte de algo. Es una fiesta. Es como una mampara que nunca se cae, no. Es un lugar al que siempre querés volver. Es pensar menos en yo, y más en nosotros. Es entrega total, amor total. Es un delirio. Es esforzarte cada día un poquito más y también es saber que todas las tormentas pasan. Es hacerte más fuerte con cada golpe que recibís, sabiendo que del otro lado siempre hay alguien. Es no tener miedo a siempre ir más allá. Es estar en familia, estés donde estés. Es como un amor a primera vista, ¿no? Es una caricia al alma. Es ponerle el pecho a la que venga, como venga y cuando venga. Es jugarse, es elegir. Sí, y es rodar. A veces arriba, a veces abajo, pero siempre rodar.

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